La gonioscopia es un examen que se realiza para observar el ángulo iridiocorneal. En este ángulo se encuentra la malla trabecular, que es la estructura del ojo por la que drena el humor acuoso.
Si este ángulo es estrecho o tiene alguna alteración estructural, puede dificultar la salida del humor acuoso, provocando un aumento de la presión intraocular.
Este procedimiento se realiza a través de una lente que se soporta en la córnea del paciente —previa instilación de colirio anestésico—, con unos espejos en el interior que permiten la visualización del ángulo que queda oculto a simple vista. Es un examen no doloroso y dura pocos minutos.