La parálisis facial es una disfunción temporal o permanente del nervio facial que afecta a unos 20 de cada 100.000 habitantes en España cada año. El nervio facial es el encargado de inervar la musculatura facial, por lo que su parálisis provoca una pérdida de tono muscular en el rostro.
Esta disfunción se manifiesta tanto estética como funcionalmente, y puede tener una enorme repercusión en la vida del paciente.
Causas de la parálisis facial
Existen numerosos tipos de parálisis faciales, y la parálisis de Bell o idiopática, cuya causa es desconocida, es el más frecuente, ya que representa el 50 % del total. Típicamente es unilateral y en la mayoría de casos se resuelve espontáneamente en un plazo de seis meses.
Se han propuesto numerosos agentes causales como responsables de este cuadro, entre ellos el virus del herpes, aunque no se ha demostrado.
Sí se ha demostrado, en cambio, que el tratamiento precoz de estas parálisis con corticoides orales incrementa las probabilidades de experimentar una recuperación completa.
Otras patologías que pueden dar lugar a una parálisis facial son ciertas enfermedades infecciosas, tumorales o neurológicas. En estos casos es primordial el tratamiento del proceso causal.