Membrana epiretiniana macular

Es indispensable un examen oftalmológico completo que incluya las siguientes pruebas: una retinografía, una autofluoresencia y una tomografía de coherencia óptica. En algunos casos, también es necesario llevar a cabo una angiografía con fluoresceína para descartar una posible patología asociada.

Un porcentaje relativamente elevado de membranas epirretinianas maculares tienen tendencia a estabilizarse y, si los síntomas en el momento de la estabilización no molestan o no disminuyen la calidad de vida del paciente, se pueden seguir controlando sin necesidad de cirugía.

En los pacientes en los que la membrana sigue evolucionando, se puede llegar a producir una distorsión o pérdida de visión significativas. En estos casos, el tratamiento consiste en una vitrectomía posterior de pequeña incisión, que implica extraer el humor vítreo y disecar la membrana que provoca la tracción, de forma que se libera la retina subyacente y se permite su relajación y funcionamiento correcto. La cirugía se lleva a cabo con anestesia local, por lo que el paciente vuelve a casa después de la intervención.

Durante los meses posteriores a la cirugía la visión mejora paulatinamente en el 80% de los pacientes. Sin embargo, en los casos en que la membrana provoca una gran tracción y gran deformidad del tejido retiniano, la recuperación visual puede quedar limitada.

El Institut de la Màcula dispone de la tecnología más avanzada para diagnosticar y tratar la membrana epirretiniana maculas. Los últimos avances tecnológicos, tanto en lo que se refiere a la visualización como a la instrumentación de la cirugía vitreoretiniana por microincisión, nos permiten abordar el tratamiento de la membrana epirretiniana con las máximas garantías de éxito.