El blefaroespasmo es el cierre involuntario de los párpados, o parpadeo excesivo involuntario. Los primeros síntomas del blefaroespasmo pueden ser un aumento ocasional del parpadeo de uno o ambos ojos, o simplemente una dificultad para mantener los ojos abiertos. La mayoría de los pacientes con blefaroespasmo presentan, además, sensibilidad a la luz (fotofobia) y sequedad de los ojos.
Si la enfermedad progresa, los espasmos de los párpados empiezan a aumentar en frecuencia, hasta que se hacen constantes. Esta enfermedad normalmente es progresiva, ya que los espasmos suelen aumentar en frecuencia y los periodos de relajación suelen hacerse más cortos. Sin embargo, en algunos casos los espasmos llegan a alcanzar una meseta y se mantienen en este nivel sin progresar.
Los síntomas suelen iniciarse en la quinta y sexta década de vida y es tres veces más frecuente en mujeres. Aunque el blefaroespasmo esencial benigno (BEB) fue descrito por primera vez en una revista médica norteamericana en 1985, ha sido en los últimos años cuando los médicos han empezado a reconocerlo como una alteración física y no psicológica.